Una montura bien adaptada es muy importante para que el caballo esté cómodo y para evitar lesiones. Una montura que no se adapta correctamente al dorso puede producir rozaduras, contracturas, dolor, etc provocando esto además que el caballo no quiera trabajar o que esté a la defensiva. Es importante conocer la anatomía del caballo para poder comprobar que la montura se adapta correctamente y poder revisar varios puntos.

  • El canal de la silla debe dejar espacio suficiente para que la columna se pueda mover. El espacio debe ser entre 6 y 9 centímetros aproximadamente.
  • El puente debe tener espacio suficiente para que podamos poner 3 dedos entre éste y la cruz del caballo.
  • La montura nunca debe asentarse sobre las vertebras lumbares.
  • La montura no se ha de balancear.
  • Hay que comprobar el equilibrio de la montura. El peso del jinete debe estar en el centro de la montura. Podemos comprobarlo poniendo un boligrafo en la montura y viendo si cae al centro.
  • Después de montar podemos mirar las marcas del sudor del sudador. Las marcas deberian ser iguales en todo el sudador, si las marcas son irregulares podemos comprobar si son causadas por la montura o por una mala postura del jinete al montar.

Si vemos que la montura que tenemos no se adapta bien podemos cambiar el puente ( en las monturas que lo permiten) o poner un salvacruces, cuñas, un sudador más grueso o más fino, etc.

Si nos damos cuenta porque el caballo ya tiene dolor en el dorso lo ideal es que lo trate un fisioterapeuta y le hagamos ejercicios pie a tierra o a la cuerda para evitar tener el peso de la persona encima y le ayudemos así a movilizarse correctamente y liberarse de ese dolor.


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